Sobre Nosotros

En marzo de 2020, sentada en casa durante el confinamiento, iba leyendo los mismos intercambios de WhatsApp entre mi padre de 86 años que estaba convaleciente después de Covid, y mi hermana que es médico, en nuestro grupo familiar:

Papá: «mis niveles de potasio son altos»

Hermana: «¿Cómo estaban el año pasado antes de Covid?»

Papá: “No tengo idea…. Intentaré buscarlo … «.

Casi al mismo tiempo, tuve la ocasión de leer el maravilloso libro de Yuval Harari «21 lecciones para el siglo XXI». Me abrió los ojos a lo importante que es mantener la propiedad de los datos personales, especialmente toda la información relacionada con la salud, y la facilidad con la que la entregamos a instituciones gubernamentales, centros médicos privados o compañías de seguros.

También leí sobre cómo todas las instituciones médicas alrededor del mundo se vieron abrumadas por la pandemia y, ahora más que nunca, insten en que las personas deberían asumir la responsabilidad de su propia salud, en lugar de depender de diferentes médicos para recordar cada detalle por ellos.

Todo ello me hizo pensar en lo difícil que es realmente controlar la propia salud y, más aún, ayudar a los miembros dependientes de nuestra familia.

Los padres ancianos generalmente se han cuidado por sí mismos durante décadas y tienen su historial médico almacenado en sus cabezas, pero, ¿qué sucede cuando necesitan nuestra ayuda? Cuando los médicos comienzan a preguntarles a sus hijos qué enfermedades pudieron haber sufrido sus padres antes incluso de que nacieran, o qué medicamentos toman, qué alergias tienen… ¿Qué sucede cuando no podemos estar seguros de que nuestros padres están tomando sus medicamentos correctamente, o si están mezclando u olvidando las dosis? ¿Y cómo podemos recordar todas las visitas de seguimiento que debemos programar para nosotros, nuestros hijos pequeños, nuestros padres ancianos…?

Lo mismo sucede cuando nuestros hijos se vuelven adultos. Mis propios hijos ahora tienen 21 y 23 años. ¿Cómo pueden contarle a su médico problemas pasados, si fui yo quien los cuidó durante las últimas dos décadas y, obviamente, ellos nunca se interesaron realmente?

¡Todo esto puede ser complicado y no hay nadie para ayudar! Y es así como nació la idea de My Medic Eye y se hizo cada día más clara: una app pensada para el público en general, no para los profesionales de la salud, donde la información es propiedad de cada usuario, y está encriptada incluso para sus administradores.

Una aplicación que muestre una foto completa de los problemas de salud, desde el nacimiento hasta la vejez, incluidos todos los eventos, los resultados de las pruebas, los medicamentos que hemos tomado, los médicos que hemos visitado, recordatorios de chequeos anuales y gráficas para seguir constantes. Toda esta información debe estar disponible en un abrir y cerrar de ojos, organizada en carpetas personalizadas de acuerdo con el historial personal de cada usuario.

Una aplicación con la que se pueda compartir esta información con otros miembros de la familia; construir un historial médico para nuestros hijos desde el día en que nacen, y entregárselo cuando sean adultos y se hagan responsables de su propia salud; y con la que poder compartir nuestra propia historia con nuestros hijos cuando finalmente necesitemos su ayuda. Eventualmente, una aplicación donde poder compartir información parcial con médicos sin tener que recordar cada detalle de memoria durante una consulta.

Con las herramientas adecuadas, las personas podrían vigilar su salud y la de sus familias, manteniendo la situación bajo control y la propiedad de sus datos. La herramienta adecuada debía ser sobre todo segura y muy fácil de usar.

Con eso en mente, antes de dar mi primer paso, sabía que necesitaba a mi lado al mejor CTO y al mejor CPO para ayudarme a dar vida a estas ideas.

Y fue entonces cuando contacté nerviosamente con Jordi Pereta, experto en tecnologías web / app, y con Josep Ponsa, un genio de la experiencia de usuario. Ambos son ex compañeros que, a lo largo de los años, también se han hecho amigos. Esperaba que compartirían mi entusiasmo …

A Jordi le encantó el concepto de inmediato, ya que él mismo tiene padres mayores, cuya salud trata de co-administrar con sus tres hermanos. ¡Se apuntaba!

Josep, por su parte, encontró la idea especialmente útil para sus hijos pequeños, para quienes actualmente guarda carpetas físicas donde intenta almacenar sus eventos de salud en orden cronológico … ¿pero qué pasa cuando es su ex-mujer quien se ocupa de un incidente?

Y así fue como se formó nuestro equipo y como, después de 9 meses de noches de sin dormir, My Medic Eye ve la luz del día. Esperamos que te impida a tí, nuestro lector, pasar más noches sin dormir pensando en gestiones de salud.

Ahora es tu turno: pruébanos, envíanos tus comentarios (¡nos comprometemos a responder!), y compártenos. Con tu ayda, podemos hacer realidad nuestro sueño de mejorar la calidad de vida de muchos.

Atentamente,

Yael Azagury

CEO